quinta-feira, novembro 25, 2010

La frontera Chiquita. Sobre los lugares y nuestros hermanos los tamaulipecos

Es relativamente fácil inventar un lugar cuento, o una patria poétika.
Primero, se elige un nombre al azar; por ejemplo, cruzando dos palabras cualquiera: "Ciudad Valle Hermoso", "Miguel Alemán", “Ciudad Mier” o "Río Bravo". Esto es sencillo porque la diversidad del mundo nos permite la licencia de que ningún lugar suene lo suficientemente rídiculo para no ubicarlo en la cartografía terrestre.
El siguiente paso es situar nuestro espacio concreto dentro de otra zona imaginaria mayor a la que denominaremos región leyenda o zona épica propiamente dicha. En este caso, como en el primero, podemos ponernos extravagantes; a fin de cuentas, cualquier palabra que, según nosotros, inventemos, tendrá alguna correspondencia geográfica real en Asia, Europa, África, Australia o América. En estos instantes se nos vienen a la mente dos palabras: "Tamaulipas" y "Coahuila"; vocablos Tahinos o Maoríes, no recordamos con exactitud y ni falta que hace.
El tercer paso requiere ya, un poco de inventiva, porque consiste en plagiar una descripción e historia mínima de estas últimas regiones; así, de Tamaulipas podemos decir que fue una de las últimas zonas aridoamericanas en integrarse a las redes del mercado mundial y su nombre deriva de una poderosa federación de tribus nómadas cuyos últimos descendientes se dedican masivamente al contrabando y al pistolerismo.
Mientras que de Coahuila podemos afirmar, simplemente, que es una subzona épica de la primera; menos aguerrida, toda vez que su gentilicio Coahuilense no conserva el atavismo del primero: Tamaulipecos

Um comentário:

Mariana/Nashma disse...

¿pos cuál es tu mail criatura????? tengo que contarte una cosa.