quinta-feira, fevereiro 28, 2008

El corazón de las Montañas Altai

nosotros hemos escuchado el corazón de Altai
evoca el tambor que tocan quienes aguardan
frente a las puertas que separan este mundo de los otros
para que los dejen pasar, aunque no haya lugares disponibles

nosotros escuchamos el corazón de Altai
suena como cuando golpean la puerta de otros mundos
quienes murieron en ranchos lejanos y no los dejan entrar
porque sus leyes físicas y espirituales son distintas

y generan conflictos fronterizos de amores en el más allá

nosotros hemos escuchado el corazón de Altai
suena exactamente como suenan tu corazón y el mío

pero en el futuro, a un ritmo semejante al del nuevo sol...

Rayenari

segunda-feira, fevereiro 18, 2008

Partes de guerra, Frente del Noreste de México, Tierra de las Montañas Azules y Coloradas, Afroaridoamérika

I

Vamos en un taxi por la Avenida Manuel L. Barragán y de pronto nos rebasa un pequeño convoy de soldados; son tres vehículos que portan ametralladoras pesadas y un lanzagranadas: un camión, una camioneta y un hummer, van repletos de militares en uniforme de campaña con el dedo en el gatillo.
Le decimos al chofer del taxi:
-Amanecimos en guerra sin darnos cuenta.
Y este nos contesta:
-O, como dijo un señor: nos llegó la guerra sin sentirla.

II

"No se platica de otra cosa en Monterrey más que de puros muertos; todos tenemos, en la ciudad, al primo de un amigo que mataron, levantaron o hirieron en un fuego cruzado. Todos hemos visto como las plazas en las que juegan nuestras niñas y los estacionamientos de los centros comerciales son sitiados después de los enfrentamientos y el retiro de los heridos y los cadáveres".

III

"Ahí nos vemos el lunes, eso si no me toca un tiro". Palabras de una mujer que se despide de su compañero chofer, al bajar de un camión urbano de la Ruta 1 (va a todos lados).

IV

Debido a la cantidad de muertos caídos en fuego cruzado, levantados, torturados, mutilados y desaparecidos, los padres y madres de muchos niños afrorregiomontanos han decidido emigrar a sitios más tranquilos con mejores expectativas de vida como Bagdad, Kabul y la Franja de Gaza. A fin de cuentas uno que ¡ya vivió!, pero deja tu ¡las criaturas!

"Las palmas, esas almas paradas..."

Viajamos hacia el futuro e irremediablemente miramos como se desplazan rumbo al pasado el caserío y el páramo...

Entonces nuestro primo, el maestro Afrochichimeca Maorí de Cerro Prieto dice -como entre suspirando y rezando-: "Las palmas, esas almas paradas..." Luego añade en un tono profano: "Los maquinistas respetan a las palmas cuando andan desmontando terrenos o haciendo brecha; y eso es cosa de ellos: no es porque se los ordenen los arquitectos o jefes de obra, ahí está la prueba". Dice esto último mientras señala palmas intermitentes en el campo y cruzamos la guarda raya de Nuevo León con Tamaulipas.
Nuestro primo habla y enseña con la verdad, nosotros hemos visto esa práctica mágico religiosa en el mismisimo corazón de las ciudades; por ejemplo, cuando se realiza una gran construcción los albañiles y maquinistas se las arreglan para reconfigurar el trazado y creación de la obra en función de la sobrevivencia de las palmas; como si el gran espíritu con el dedo oculto de su misterio les señalara no hacerles daño.


*Aunque para ser objetivos preciso es decir que dicho comportamiento atávico aplica también para los mezquites y los huizaches.

Solesita. ¿Por qué?, porque la Tierra Yama. Últimos días de enero 2008, SEC (Porque el fin del mundo está amarrado con unos cueros y ya se acabó...)

Recibimos, entonces, su llamarada desde el otro mundo
con el siguiente mensaje:
"me regreso para el Norte, salgo a las 14:50, en veinte minutos."

se trató de un mensaje fugaz
en el que giraron nuestros pueblos, cantos, ciudades, historias y constelaciones

para cuando le contestamos:
"usted no puede volver porque nunca se ha ido"
colgó

no y si
llegó poco antes del amanecer con un sol entre los brazos
y se quedó aquí para siempre