domingo, julho 17, 2011

Historias del Sabino Gordo. Raíces y ramas del paramilitarismo-escuadrones dela Muerte, en Nuevo León

Al oriente de General Terán, por la salida a China, Nuevo León, está el Sabino Gordo. Es un árbol centenario que la gente de la zona identifica como uno de los símbolos del pueblo; es tan viejo y fuerte que se requieren varias personas tomadas de la mano alrededor de su tronco para poder abarcar su circunferencia. No sabemos ahora pero antes se acostumbraba ir a pasear al paraje en el que se encuentra dicho árbol porque construyeron un parque recreativo a su alrededor; así, el Centro Recretivo Sabino Gordo era un lugar de memoria y plática curada, parte importante del paisaje sonoro ritual de los Theraníes.
Hace una semana hubo una de esas matanzas múltiples que ocurren en territorio norte, en otro sitio también llamado El Sabino Gordo; este último, un salón de baile y cantina ubicado en el sector norponiente del centro Monterrey; este Sabino Gordo también era un lugar de encuentro, parte importante de los trazos de la canción en el corazón de la ciudad. Aquí, un comando llegó disparando con las armas al aire, en grandes trocas de lujo. Asesinaron a tres personas en la entrada y entraron para matar a 17 más, luego levantaron-desaparecieron a 9. No traían mucha prisa, se tardaron de quince a veinte minutos.
El Sabino Gordo de la masacre está situado a uno o dos minutos del edificio de la Polícia Ministerial y de los dos hoteles en los que está acuartelada la Polícia Judicial Federal, marinos de la Armada de México, tropas del ejército mexicano, la Policía Militarizada del Estado y la Policía Regia siempre transitan en convoy las avenidas aldeañas porque es la zona centro de Monterrey; extrañamente, ninguno de estos cuerpos de seguridad hizo acto de presencia para impedir la matanza, tampoco capturaron a ninguno de los implicados. Esto ocurrió el viernes 8 de julio poco después de las 21:00 horas. Tres días después de la masacre todavía había sangre en las paredes y las banquetas del centro de Monterrey y hay un silencio en el aire que no se puede describir, mezcla de vacío, soledad y tristeza. Las autoridades declararon que la tragedia del Sabino Gordo se trató de una disputa territorial entre dos grupos del crimen organizado y que la población podía estar tranquila ya que los muertos estaban implicados con alguno de los grupos delincuenciales.
Ahora, cada vez más veces y más descaradamente hay muertos que valen la pena y otros que no; también hay comandos a los que hay que detener y a otros a los que parecen darles vía libre y hasta se intenta justificar su acción.

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