quarta-feira, novembro 29, 2006

Invitación a la presentaciao del Diccionario de creencias y tradición oral de N.L.

¡No se lo pueden perder!
El diccionario que nadie ha leído completo
más que en sueños
No acepte imitaciones ni falsificaciones ¡no tenemos sucursales!
De venta en la Librería de CONARTE: Dirección: Zaragoza s/n, entre Corregidora e Hidalgo, zona centro, Monterrey (planta baja del Museo Metropolitano de Monterrey).
Horario: martes a domingo de 10:00 a 14:00, y de 15:00 a 19:00.
Tel. 83444903.
También puede adquirir su ejemplar en la “casa suya: casa nuestra”: Vasconcelos 116, oriente, tercer piso puerta 20, San Pedro centro; tel. 83388051, celuloide: 044818 0885846.
Muestra de contenido: pp. 156-157
Luz errante. Una de las visiones por excelencia de nuestro imaginario colectivo. Es tan común que forma parte esencial del paisaje nocturno en algunas comunidades. Varía de forma, tamaño y color, pero siempre se manifiesta como una luminosidad, o serie de luces, que recorre los caminos con movimientos caprichosos: se eleva al cielo, cruza las labores, surca el horizonte, se detiene, “brinca”, acompaña a los viajeros de la noche. Algunos la identifican con lumbre, gases de la tierra, señal de riqueza subterránea, un pueblo perdido; otros, con La Llorona, ánimas en pena, lechuzas, ovnis, y hasta con una lámpara de Aladino.

Sí se veían esas luces...
Y había otra luz que bajaba por el rumbo de la Anacua, bajaba la luz... bajaba esa luz pero ya para llegar a la presa, daba la vuelta pal bordo y nunca se supo qué era.
Yo creo que si significaba algún dinero todavía ha de estar allí, o serían gentes que mataron en aquellos años.

(Lucilda López García y Juan López García; General Terán)

Y otra cosa más que le voy a decir... que aquí no muy lejos hemos visto una... como un pueblo iluminado, en uno de los cañones, aunque no siempre; mi señora también lo vio y varias personas de aquí lo han visto. En la noche que nos ha tocado ir pa Sabinas lo hemos visto desde la carretera, ¿pero ónde mero estará? Sólo Dios sabe dónde. Pero sí se ve así por los cañones, en medio de la dos lomas, se ve el lucerío, ¡si viera qué chulada, qué hermosura de luces!...
Pero es mucho lo que se ve de luces, como si fuera un pueblo bien iluminado, ¡no, no, una cosa chula!

(Andrés Esquivel Vázquez; Vallecillo)

En noches sin luna, de lejos en lejos en el lado noreste de la cabecera municipal de Gral. Terán, sin emitir ruido alguno, se deja ver una bola de luz a una altura de aproximadamente 5 metros, se desplaza hacia el sureste.
Dicha bola ha sido perseguida por hombres a caballo, pero nunca alcanzada, son varias las hipótesis que se tienen en torno a ella: una es que se trata de un ave nocturna que emite luz, otros dicen se debe a un gas que escapa por una grieta que tiene la tierra.
Los lugareños aseguran que hace muchos años un patrón puso como contra [compuerta de una acequia] a un regador que murió, fue al cielo y pidió protección para los de su clase, por lo que Dios comisionó para ello a Santa Martha, Patrona de los Regadores, y que esa bola de luz es la lámpara de Santa Martha que viene a cumplir con su cometido.
(Juan Islas, “La lámpara de Santa Martha”, en: Leyendas de General Terán, Nuevo León; General Terán)

Es más, aquí en el ejido hay un... mira... cada año nosotros vemos... No sé qué será, pero eso sí lo he visto, ¿será por la rotación de la tierra? Será... Bueno, hasta en las noticias ha salido. De aquí del canal siempre se ven unas luces en el mes de enero, más o menos, casi por el Día de Reyes. Esas luces tiene la gente años viéndolas. Nosotros también, ¿verdá?, hija.
Yo he ido hasta en la camioneta a verlas, ahí, en la madrugada he ido. Se ven de lejos, ¿verdá?, son luces que... haz de cuenta que se mueven como si fuera un pueblito, como si fueran un pueblo.
Hay veces que es muy grande, y hay veces que es más chico... pero siempre se ven por enero, cada año, cada año, cada año, se ven los resplandores y... mucha gente de aquí los ha visto. Pero eso no es de ahora, siempre las han visto... Toda la gente vamos ahí, a la orilla del canal, de ahí se ven cada año en Navidad, de Navidad al Año Nuevo, hasta por el 6 de enero...
(Señora; Ciudad Anáhuac)

Véase: Ánimas, Espantos, Lechuza, Tesoros.
pp. 243-245:
Tamborazo. Música típica de Linares, General Terán y municipios vecinos como Hualahuises, Montemorelos, los Ramones, Allende, Cadereyta, y San Carlos, Tamaulipas. Se ejecuta con una tambora de madera y piel, acompañada por dos clarinetes. Su repertorio está conformado por huapangos, polcas y otros ritmos o géneros tradicionales. Actualmente casi ha desaparecido la costumbre de improvisar coplas durante su interpretación. En los primeros dos municipios, la tambora y el clarinete amenizan desde bautizos y campañas políticas, hasta entierros y carreras de caballos, pero son más comunes en bodas, cumpleaños y ferias. De hecho, su música es considerada un símbolo de identidad linarense, especialmente, la agrupación que fundaran los hermanos Hinojosa: Los Tamborileros de Linares, o Chichimecas de San Julián.
De un músico originario de Guadalupe La Joya, General Terán, cuentan que acostumbraba usar una tambora forrada con dos tipos diferentes de piel: de cabrito y de coyote; comúnmente, tocaba sobre el cuero de chivo, pero cuando alguna fiesta se alargaba demasiado, nada más le daba vuelta a su instrumento y percutía sobre la piel de coyote, entonces se suscitaban pleitos y terminaba la fiesta.

Había en el pueblo de Terán una feria, con su ruleta, su baile de tamborazo que comenzaba desde la tarde, sus peleas de gallos, sus 'pelones' (albures) y lo que no podía faltar: las carreras de caballos.
En esta región era uso y costumbre que no se repartían invitaciones para el baile, ni tampoco iba la comisión de tres o cuatro pollos del pueblo, muy peinados y con sus “trapos de apadrinar”, a invitar al jefe de la casa y a su apacible familia. Aquí, desde muy temprano, por la tarde, comenzaba a tocar la tambora con una persistencia implacable. Al que no estuviera acostumbrado a esta clase de invitación, le habría parecido un suplicio...
(José Lobatón; El Gringo: 78)

El pueblo de los Ramones adelantó el 60 aniversario del ejido La Conquista para poder contar con la presencia de su “rey”: Javier Ríos, y los Invasores de Nuevo León.
El pasado jueves se llevó a cabo la celebración de fundación de la tierra donde nació el acordeonista norteño más admirado en Nuevo León, y como era de esperarse, lo recibieron con todos los honores (...)
Las actividades de “fiesta” en el ejido iniciaron con un homenaje a la bandera, después con música de tamborazo en la plaza principal.

(Salvador Ruiz, “Festejan 'La Conquista'“, en: Extra, sección Espectáculos, Monterrey, 13-VIII-1997: 30)

Según esto, dicen que se murieron dos batos de aquí de la región y estaban esperando su turno para entrar al infierno, pero como había mucha gente y mucho desmadre, en una descuidada se pasaron a la fila de los que iban pal cielo y ¡entraron al cielo! Pero entonces, cuando el diablo checó su lista, notó que le faltaban dos pelados de Linares y le avisó a San Pedro que de seguro se le habían colado.
San Pedro checó su lista y sí, tenía apuntadas dos personas de más; rápidamente se puso a buscar a los prófugos, pero no los encontró. Entonces, temeroso, fue con Dios a explicarle el problema y le pidió consejo. Éste le dijo:
–¿Dices que son de Linares? Nombre, no te preocupes, ¡tráite a los hermanos Prado o a Pedro Hinojosa! (tamborileros y clarineteros famosos).
San Pedro fue por ellos y les dijo Dios:
–A ver ¡toquen una pieza!
¡No! y aquellos pelados ya andaban disfrutando del paraíso cuando escucharon la tambora y el clarinete, que empiezan a dar alaridos y gritar: “¡Arriba Linares, arriba el cielo!”, ¡a zapatear cantar y cuánto! No, y pos nomás vio Dios dónde estaba el desgarriate, luego, luego mandó a San Pedro por ellos para que se los llevara al diablo; los devolvieron al infierno.
(Anecdotario popular linarense)

Los del sur de Tamaulipas
se pasan para Linares
donde van a divertirse
a los salones de baile
con tambora y clarinete
se pasean por las calles
con tambora y clarinete
se pasean por las calles.

(Huapango “El sur de Tamaulipas”)

Véase: Augurios, Coyote, Chimole, Jabalí, Perro, Venado.

Tecolote (Bubo virginianus). Nombre náhuatl del búho; ave rapaz y nocturna cuyo canto se vincula a presagios de muerte. Por lo general, se le confunde con la lechuza. Cuando hay algún moribundo por causas de hechicería o de pacto diabólico, se para en árboles cercanos para burlarse y esperar el deceso. Los campesinos aseguran que imita los sonidos de diversos animales, y existe el temor de que puede robar los espíritus de infantes no bautizados.

Nenhum comentário: