quinta-feira, junho 16, 2011

Historias de los klanes de gente pájaro

Altai se sorprende y se emociona con una pequeño pájaro que vuela en lo alto del techo del Sams. Pregunta extrañada ¿por qué andará adentro?, ¿por dónde se metió? Estamos frente a las cajas, casi a punto de pagar y no le prestamos mucha atención a la lepa, sólo acertamos a mirar hacia arriba para ver el puntito café alado, entre las estructuras blancas que sostienen el techo translúcido de la tienda. Altai se queda callada, parece impotente ante la grandiosidad de aquella ave en la pequeñez del centro comercial; para ella aquel pajarito parece ser todo en estos momentos y nosotros estamos muy ocupados pagando y acomodando mercancía.
Durante el viaje de regreso en taxi va en silencio, no dice ni pío.
Pero al llegar a casa, apenas cruza la puerta y grita bien entusiasmada: “¡Guela, en el Sams andaba volando un pajarito, de esos chilerillos!”, la abuela entonces le empieza a preguntar detalles y a contar de un tiempo en que la gente entendía el lenguaje de las aves y podía platicar o cantar con ellas; en fin, se ponen a platicar como comadres y las perdemos, por lo menos en este tramo de la tarde.
Dos meses después vimos en otra tienda Sams unos pajaritos sacando granos de unos costales. Nos acordamos de la plebita y caemos en cuenta de que quizás los trabajadores de esas tiendas tienen un acuerdo tácito con esas pequeñas aves y las dejan entrar y las dejan circular de vez en cuando. Le contamos sobre esto último a la güerca y nadamás se ríe y se vuelve a quedar callada.   

sexta-feira, junho 03, 2011

Sacrificios. Viernes de Dolores , Hualahuises, Nuevo León, abril 2011.

Celebraban la fiesta de la Virgen de los Dolores en el atrio de la iglesia de Hualahuises cuando se detuvo una camioneta amarilla y bajaron dos hombres que dejaron tres cuerpos decapitados  en el pavimento; luego, sacaron tres cabezas humanas y las colocaron sobre el cofre y el tablero de la troca. Finalmente, detuvieron dos autos armas en mano y huyeron, no sin antes dejar una cartulina con algún mensaje.
Ahora que volvemos a recorrer las calles de Hualahuises nuestro primo Gerardo dice que eso es cierto pero que primero recorrieron las calles del pueblo "así", al tiempo que saca un brazo por la ventana y continua manejando. Le digo, entonces se pasearon en caravana con las armas levantadas al aire. No, dice resignado y enfático ante mi lentitud, era una sola camioneta de color amarillo pero iban con dos de las cabezas sostenidadas por los brazos, fuera de la ventana, chorreando sangre, para que todo el pueblo las viera. Luego, después de que las pasearon fueron y las dejaron en la entrada de la iglesia.
Añade que los muertos eran conocidos, de El Poblado, un rancho que está entre la hacienda de Guadalupe y el ejido Cerrro Prieto.       

Sucedió en San Nicolás de los Garza, Nuevo León. Partes irregulares de guerras de baja intensidad.

Detuvieron a un conductor y su familia por la Av. Universidad. A punta de pistola y de metralleta los bajaron y les quitaron las llaves, cartera, bolsas y celulares.
Estaban asustados sobre la banqueta cuando vieron acercarse un convoy de marinos.
El señor lo dudó un poco pero les marcó el alto. La tropa se detuvo y bajó un oficial que empezó a escuchar su historia. Antes de que terminará le preguntó:
-¿Nos acompaña para ver si los encontramos, al cabo vio que rumbo agarraron?   
-Si -respondió-.
Se pusieron en movimiento y dieron vuelta por la avenida Ruiz Cortínez, siguiendo el rastro.
Más adelante el asaltado divisó su camioneta estacionada en un OXXO y se lo dijo al militar. Llegaron, se desplegó la tropa en el estacionamiento y un grupo entró al oxxo escoltando al guía. En el interior de la tienda se toparon con varios clientes sorprendidos.
Volvió a preguntar el oficial:
-¿Puede usted reconocer a los individuos que le quitaron su camioneta?   
-Si -respondió el nicolaíta- y a continuación le dijo tímidamente quienes eran.
-Acerquese y señalémelos -añadió el militar-.
El hombre obedeció, se colocó frente a dos de los presentes y les apuntó con el dedo.
Acto seguido el oficial desenfundó su pistola y les disparó en la cabeza a los dos hombres; entonces, los dos caídos fueron revisados y les sacaron de las bolsas de sus pantalones llaves, carteras y celulares. Le devolvieron sus pertenencias al denunciante para luego arrastrar los cuerpos y echarlos en las cajas de los vehículos militares.
Sorprendido, aquel padre de familia confrontó al oficial:
-¡Pero que bárbaros capitán, no era necesario que los mataran! Yo sólo quería recuperar mi camioneta y que se los llevaran presos.
 A lo que respondió el militar:
-Los matamos porque si los entregamos a las autoridades casi es seguro que los dejan libres o salen pronto de la carcél, entonces van a ir por usted y por toda su familia ¡No ve que ya tenían sus datos: nombre y domicilio!

El infierno, Sabinas, Palau y Nueva Rosita, Coahuila

No lo vimos pero nos lo contaron nativos coahuiltecas de la zona. En las llanuras y estribaciones de la región carbonífera hay devotos de la Santa Muerte que tienen gente trabajando bajo tierra. Sacan carbón y de vez en cuando sacrifican a alguno, que termina trabajando de minero para la eternidad.