segunda-feira, setembro 17, 2007

El canto de las cigarras, en Afroaridoamérika

es septiembre y agosto
fin del estío, en el hemisferio norte
hablamos de un tiempo metido en agua
que preña el cielo de luz y cantos, de placeres
saberes, pareceres

llueve en los cañones
de la sierra madre oriental
y en las ciudades de la llanura
llueve como en la infancia del mundo y el fin de los tiempos

llueve…
en las cañadas y en los barrancos de la tierra de las montañas azules
y en las azoteas de sus casas y edificios no se canta otra cosa:
el fin del mundo ya se acabó
y los obreros del más allá trabajan a marchas forzadas
para sellar las entradas del inframundo

lo sabemos porque las puntas de sus brocas taladran
las puertas para remacharlas, cerrarlas
lo sabemos porque el sonido de sus taladros penetra
a este mundo por las ramas altas de los árboles, raíces del cielo,

lo sabemos porque el canto de las cigarras penetra
los sueños, las conciencias y los corazones
lo sabemos porque aunque las cigarras y los trabajadores del más allá
hacen siempre bien su labor, a fines del verano
las puertas del inframundo se volverán a abir
una y otra vez, una y otra vez, al inicio del otoño

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