quinta-feira, setembro 27, 2007

Memorias O'oba

A veces sueño que te sueño y me despierto pensando en ti...
Otras veces... vuela el dormir de la gente pájaro a lugares remotos y la oscuridad se despliega a mi alrededor, imaginándote, besandote, acariciando tu rostro…
Cruzas entonces como una noche de noviembre, inmensa, inabarcable... La noche de las minas… La noche de las ciudades de la llanura…
Vienes entonces como el espíritu de luz mineral que siempre has sido: radiante y luminosa desde el inframundo, desde una historia de sombras…
No... y si... más de una vez he escuchado tu risa y tus palabras en el aire de los últimos meses... muchas veces te he visto llegar por las puertas del verano que se cierran y por las puertas del otoño que se abren; tantas veces te he visto venir, venirnos, que no se si oigo pasos y escucho voces o si veo y no veo.
Y luego, por si fuera poco, existe el agravante amoroso del ruido cómico de fondo, ese sonido de baja intensidad que reposa y aguarda eternamente en el interior de las cosas y seres otoñales: ese eco que transforma la barahúnda del mundo en silencio para que llegues tu.

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