segunda-feira, janeiro 24, 2011

Minas del retorno. Una señora de El Charco Azul, Minas Nuevas, Parral Chihauhua cuenta

Mientras limpia la cocina y la sala cuenta que sus dos hermanos más chicos no se quisieron dedicar al campo y se fueron muy jóvenes a la ciudad. No tenían ninguna educación y no encontraban trabajo por lo que se metieron de mineros. Uno empezó en la mina de la Prieta y otro para el rumdo de la población de El Oro. Dice que toda su vida se la pasaron en las minas.

Después de muchos años a uno lo tuvieron que sacar casi a fuerzas de trabajar bajo tierra pero nunca se volvió a imponer al aire de afuera. No salía de su casa a ningún lado, se la pasaba encerrado trabajando en un taller de costura que tenía su esposa y ahí murió, en la penumbra; la señora dice que le dio un cáncer, que se infló todo su cuerpo porque el aire de la superficie le hizo daño.
El otro hermano también se exilió del mundo subterráneo porque tuvo un fuerte accidente. En un derrumbe quedó bajó tierra y roca. El médido de la mina llegó con un equipo y decidió amputarle la pierna para salvarlo pero otros mineros lo impidieron y se pusieron a cavar hasta que movieron el material y lo liberaron. Muchos pensaron que que allí había fallecido pero luego le atornillaron el pie y volvió a caminar. A raíz de esto algunos mineros que se la encontraban le decían: nos encontramos a tu hermano con un casco en una cueva y pensábamos que estaba muerto. Después del accidente se salió de las minas y se puso a trabajar en la obra pero tampoco nunca se impuso. Este hermano -al contrario del primero que se exilio del mundo en su casa- arrancaba de vez en cuando para la sierra; de pronto dejaba la construcción en la que andaba y se iba de gambusino, a buscar la veta bajo tierra. Así se la pasó hasta sus últimos días.

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