Un nativo de Terán soñó que lo paseaban por un campo de beisbol en una caja de muertos. Entonces su amigo Ramiro López revisó un libro de sueños y exclamó "iA cabrón, aquí dice: poca vida". Y en efecto, al soñador lo mataron al día siguiente.
La plática anterior sale porque un hijo de mi tío Arturo Cuéllar, le peguntó a nuestro padre, en Reynosa: "Oiga tío, soñé que mataban a un tío, pero en el sueño no alcancé a saber quién era". A los dos o tres días del anterior diálogo balacearon a papá en Reynosa y se salvó pero le tuvieron que amputar una pierna, y aunque pensamos que iba a morir por la misma consecuencia la libró.
Nenhum comentário:
Postar um comentário